Antigüedad y eficiencia energética son dos términos antónimos. Y es que, cuantos más años tiene un edificio, peor es su acondicionamiento térmico y menos eficiente su sistema de climatización. Como consecuencia, en España tenemos un serio problema con cerca de 9 millones de viviendas que necesitan rehabilitación energética. Un parque inmobiliario envejecido y con muchas carencias que puede estar llegando a su fin si no sabemos aprovechar la llegada de fondos europeos destinados a su rehabilitación.
Es un panorama grave sin paliativos posibles. La media de “edad” de los edificios destinados a viviendas en España es de 45 años. Mucho más elevada que la de cualquiera de nuestros vecinos europeos. Y, en términos de sostenibilidad y eficiencia energética, esta antigüedad se traduce en un incremento imparable de los consumos energéticos de sus propietarios.
Solo en el 2020, este aumento fue de un 40% respecto al año anterior. Con los precios de la energía batiendo un récord detrás de otro cada día, es imaginable cuál será la diferencia del 2021 cuando se hagan los cálculos. Para hacernos una idea del impacto en los bolsillos que tiene esta realidad de hogares mal acondicionados frente al frío o el calor, pensemos en facturas con subidas de hasta 600 euros.
Son datos muy realistas, ya que son los que se barajan en el propio Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Según el secretario general de Vivienda, dependiente de este ministerio, son imprescindibles unas 510.000 acciones de rehabilitación en viviendas en el corto plazo, es decir, antes de junio de 2026.
Afortunadamente, esta situación tan problemática está obteniendo respuestas desde distintas instituciones y organismos, tanto públicos como del sector privado. Por ejemplo, son cada vez más las entidades bancarias que ofrecen préstamos específicos, con mejores condiciones, para los propietarios que quieran acometer obras para rehabilitar energéticamente sus hogares.
Realmente, este tipo de créditos son la manera en la que los bancos adelantan su participación en el reparto de los fondos europeos destinados a específicamente a la rehabilitación energética de los edificios. Recordemos que la partida que el Gobierno ha presupuestado para regeneración urbana y vivienda es de 6.820 millones de euros.
Es esencial trasladar a los propietarios de estas viviendas antiguas la excelente oportunidad que tienen si deciden participar de este programa de reformas en sus casas. Ya no solo porque es un momento único en lo que respecta al acceso a ayudas públicas, sino por lo que estas intervenciones repercuten en las economías domésticas.
Así, según los cálculos que maneja David Font, responsable de Estudios del portal Pisos.com, el 84% de los hogares españoles tiene una certificación energética baja o muy baja (E, F o G). Esto supone un gasto energético medio de entorno a los mil euros que, se reducen hasta los 200 euros cuando se trata de la misma vivienda correctamente acondicionada. Un problema que solo puede ir a más según los edificios sigan cumpliendo años si no se rehabilitan.
Las acciones concretas que se pueden realizar para mejorar la eficiencia energética de una vivienda son muy diversas. Y dependiendo de las elegidas, la reducción de consumo energético puede moverse entre el 15% o el 75%. Eso sin olvidar que, además, se minimiza la huella de carbono, rebajando las emisiones de CO2 del 10% hasta el 30%.
Desde CEPROSAN, como especialistas en rehabilitación energética de edificios, apoyamos y participamos en primera línea en la sensibilización sobre la importancia de acometer este tipo de reformas.