Llevamos meses hablando a diario de la desorbitante subida del precio de la energía y , afortunadamente, todavía no ha llegado el frío. Precisamente, pensando que el 30% del consumo energético proviene de los edificios, nunca estuvo de mayor actualidad el tema de la rehabilitación energética de edificios.
Además, con el marco de la apuesta por la sostenibilidad de fondo, es lógico que este tipo de intervenciones se vean como una solución de evidente mejora de la eficiencia energética y del cuidado del medio ambiente. Por eso, repasamos en qué consisten exactamente estas actuaciones.
Los proyectos de rehabilitación energética tienen como objetivo optimizar la eficiencia energética de cualquier tipo de edificación y, simultáneamente, mejorar el confort de esos espacios. Acometer este tipo de reformas reporta entre otros beneficios:
Una de las ventajas que las obras de rehabilitación energética de edificios disponen, es que se pueden abordar como un proyecto independiente o incorporarse, como un parte más de una reforma integral o parcial que ya estuviese prevista. Es importante recordar que existe la obligación de someterse a un control periódico (ITE), una inspección técnica en edificios de más de 45 años de antigüedad. Un buen momento para plantear un plan de rehabilitación que solvente los problemas detectados por el profesional acreditado.
En general, lo más eficaz y práctico es realizar todos los cambios que vamos a sugerir como imprescindibles para una correcta rehabilitación energética. Sin embargo, es posible también planificar una intervención progresiva, estudiando cuáles son los puntos más necesarios según las condiciones específicas de cada edificio.
Estos son los aspectos imprescindibles sobre los que se actúa en una rehabilitación energética:
1. El aislamiento del edificio
Todo un conjunto de reformas que se realizan en la fachada, suelos, paredes y techos con el fin de incorporar materiales aislantes que garanticen la reducción de pérdidas de temperatura del interior y, también, impidan problemas de ruido y humedad. Es importante incluir la revisión de las zonas comunes, especialmente el parking o cuartos trasteros en caso de que existan.
En este apartado también se incluye la instalación de puertas y ventanas que garanticen la estanqueidad de los edificios. Así mismo, es muy recomendable la instalación de elementos de protección solar (toldos, persianas, ventanas con lamas, enrollables…) que mejoran el aislamiento y contribuyen al aprovechamiento de la luz solar.
2. Revisión y sustitución de los sistemas de climatización
Este tipo de actuaciones se dirigen principalmente al equipamiento en calefacción y aire acondicionado, también a mejorar los sistemas de ventilación mecánica y manual. Es interesante instalar mecanismos de control automático, como termostatos o sensores.
3. Instalaciones energética del edificio
Actuaciones orientadas a mejorar la eficiencia del sistema lumínico y de aguas sanitarias, además de la climatización. Se puede instalar fuentes de energía renovables que abastezcan estas tres áreas de consumo energético: paneles fotovoltaicos, placas térmicas, biomasa o geotermia. Y, no olvidar, la instalación de puntos de recarga para los coches eléctricos en el garaje común.
La rehabilitación energética de edificios es una de las inversiones más interesantes y productivas que se pueden acometer en estos días. Si necesitas un proyecto personalizado y la garantía de ponerte en manos de verdaderos expertos, no dudes en consultar a nuestro equipo de CEPROSAN.