Todavía pervivimos bajo el paraguas de un virus desafiante, cuando Filomena, sin más motivación que el capricho climático, ha decidido cubrir de blanco nuestras vidas, ciudades, calles y todo cuanto ha podido abrazar en sus gélidos brazos.
Nosotros, capaces y resilientes, hemos decidido tomar acción en este episodio, que tanto nos ha desbordado a todos, y colaborar con nuestras comunidades de vecinos, poniendo en marcha un plan de limpieza y retirada de nieve, hielo y ramas caídas.
Las actuaciones de Ceprosan, están teniendo lugar en laterales de la vía, tanto en zonas de rodadura, como aceras peatonales, incluido el extendido de sal.
Queremos ser un valor para nuestros clientes, sentirlos cerca, y que la proximidad en este período, sea nuestro mejor capital para avanzar y prosperar en conjunto.
Nuestra empresa la componen personas que trabajan para personas, y en la medida de lo posible, pretendemos aventajar las adversidades para volver a la ansiada normalidad cuanto antes, o por lo menos, a una rutina más o menos parecida a la de hace un año.
Estamos convencidos, como equipo y como personas, que el sentido común, la solidaridad, las ganas de hacer las cosas bien, y, sobre todo, por el bien comunitario, que esta acción que estamos llevando a cabo es un deber que realizamos muy gustosamente.
Existe un ayer, donde todos paseábamos relajados, dónde las miradas no eran el patrimonio que son hoy; ni la nieve y el frío compañeros de viaje.
Existe un ayer, relajado, de bienestar, libertad y prosperidad que parece que nunca pasó, que simplemente fue un regalo de la vida, una belle époque.
Sin embargo, Ceprosan intenta hacer frente a todo un presente lleno de retos, desafíos nuevos y sorprendentes, bajo la premisa y ambición de progresar y superar juntos las provocaciones del destino.
Creemos firmemente en nuestro poder como comunidad, en nuestra fuerza pretoriana para evolucionar y florecer, y es por ello que nos ponemos manos a la obra, para emprender y conseguir un “anhelado nuevo tiempo”.