Tras superar una crisis financiera mundial íntimamente ligada a la actividad inmobiliaria y con el mundo despertando de una pandemia e iniciando la reactivación económica, en nuestro país el sector de la construcción afronta sus propios problemas para unirse a esa recuperación. Todo apunta a una preocupante carencia de mano de obra cualificada como el principal freno que dificultará la rehabilitación de edificios. Un reto que estamos obligados a superar con soluciones formativas y una clara apuesta por la innovación y la sostenibilidad
La confirmación de esta carencia de mano de obra para la construcción era una advertencia lanzada por el Presidente de Asprima (Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid), durante la celebración del Primer Encuentro Inmosostenible de Madrid. Una circunstancia que se acentuará con la inminente llegada de los 7.000 millones de euros provenientes de los fondos europeos para invertir en la rehabilitación de edificios.
En ocasiones ya hemos reflexionado sobre el inmejorable momento que vive la actividad de la rehabilitación de edificios, desde que se ha convertido en la herramienta clave en la que se apoyan las políticas de sostenibilidad. Reacondicionar los edificios antiguos para mejorar su eficiencia energética es una prioridad de las autoridades nacionales y europeas.
Y en esta ocasión, no se ha quedado en la exposición de unos objetivos, sino que se ha acompañado de una potente inversión económica directa. De ahí que se prevea un auge de actividad en el sector que podría verse frenado por la falta de trabajadores cualificados.
Por eso, el futuro de la construcción pasa por apostar por los jóvenes más que nunca. No se trata tanto de recuperar todo el potencial de jóvenes que están engrosando las cifras del desempleo juvenil. La apuesta más esperanzadora es la llamada formación dual. Por eso, desde el sector se pide un diálogo con el Ministerio de Educación para que la anunciada reforma educativa se acompase con las necesidades de las empresas.
Como no podía ser de otra forma, este nuevo concepto de edificación sostenible por el que se apuesta debe construirse y/o reformarse con técnicas y procesos que también se rijan por el mismo principio de compromiso con el cuidado del medio ambiente. Por eso, empresas y profesionales del sector apostamos por la innovación y un cambio en nuestras formas de trabajo.
Así, una de las transformaciones esenciales debe venir de la mano de los materiales usados en la rehabilitación de edificios. El objetivo es la sustitución del cemento y el acero, ya que solo ellos dos acumulan el 70% del impacto de los gases de efecto invernadero que se puede atribuir a nuestro sector. La madera se está convirtiendo en la alternativa más habitual, aunque hay que seguir explorando otras opciones.
Y, por supuesto, la rehabilitación de edificios y el mundo de la construcción por extensión, deben incorporar el reciclado y el concepto de economía circular como parte vertebral de su actividad. Es un tema preocupante porque en España sustentamos las cifras más pobres de porcentaje de materiales demolidos que se reciclan para usarlos en obra nueva, con tan solo un 37%. En frente el envidiable 78% de Italia o, incluso, el 50% de nuestra vecina Francia.
La Comunidad de Madrid reúne los factores necesarios para que se produzca ese despegue del sector. Su gobierno aspira a rehabilitar un parque residencial que es ineficiente en un 70% y ha convertir su región en la más sostenible de Europa.
En CEPROSAN nos implicamos en este proceso de cambio, ofreciendo soluciones fiables para la rehabilitación de edificios.